Don Vicente. 2ª parte
La dedicatoria quizá no se vea bien. Dice: “Con la satisfacción de una vocación cuajada le envía con todo cariño esta pequeña muestra el autor homenajeado a su alumno sobresaliente hoy catedrático de latín, Jorge Grau Jiménez. Salutem plurimam tibi cupit V. García de Diego”. Don Vicente se sentía especialmente satisfecho de que al cabo de su carrera al menos un alumno suyo se hubiera dedicado al latín. No salía de sus manos mucha gente para meterse en clásicas (casi nadie). Cuando en 1º de carrera un profesor me preguntó de qué instituto venía y le dije que del San Isidoro, se extrañó. Eso sí, el que iba lo hacía tela de preparado, y eso se lo debía a Don Vicente. Yo creo que no dejé su pabellón en mal lugar. Descanse en paz.
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