Va de caries
Buena línea de recuerdos has traído aquí con las chucherías, amigo Masa. Me acuerdo de que, además de las pipas de girasol, se podían comprar de calabaza, y yo lo hacía a veces por variar. Pero me gustaban más los paquetes de “arvellanas” peladas, aunque a menudo salían bastante rancias. No sé si os acordaréis de unas pastillas gordas y blancas que llamaban “leche de burra” (bastante insípidas, por cierto). También vendían por unidades los “negritos”, una galleta recubierta de chocolate parecida a los Huesitos pero cuadrada, envuelta en un papel rojo en el que ponía la marca “Nely”. A mí me encantaba, como todo lo que se pareciera al chocolate. En el apartado chicles recuerdo que durante una temporada sólo comía chicles de naranja, hasta aborrecerlos, porque con cada uno venía un cromo para rellenar un álbum sobre Australia y las islas del Pacífico. Me faltaba el tigre de Sumatra, pero como no salía ni a tiros y estaba harto de ese chicle, dejé el álbum sin acabar y me pasé de nuevo al buen Bazooka de menta. Y por cierto, que me entra la risa al recordar cómo los profesores que fumaban en clase nos reñían por comer chicle. Aquí sí que se puede decir aquello de ¡cómo cambian los tiempos!
Ya mismo están aquí la Semana Santa y la Feria, otras dos minas de recuerdos. Abrazos a todos los isidorinos, y animaros a escribir algo, coño, que tódo el trabajo se lo dejáis a Pepe Paco.
1 comentario
Jose -
Que diferencia había entre el chicle bazoka y el chicle bazooka, uno era el español y el otro el americano?
cual fue anterior?
Creo recordar que el bazoka eran tres pastillas redondas
Gracias y un saludo