EL SONERO

Buenos tardes a todos. 

Reflexionando sobre tu escrito,  amigo Antonio José, me parece interesante la matización sobre el uso del sentido del humor. Teniendo el cuenta el medio que utilizamos, mucho menos rico en color que una conversación en persona -aunque con otros mecanismos de auto-regulación- habrá que ser cautos con el don de la oportunidad: conocí a alguien que le decía a otro: “Me cago en tu puta madre, y que mis palabras no te ofendan” (sic). En fin, cosas.

Por lo demás, ni soy nadie para tildarte de malo, ni hace falta que te defienda (si me permites, habría ocasiones en las que no lo dudaría), ni hemos rodado ninguna película. Aún. Es innegable que gozamos de un reservorio de vivencias comunes y que nuestros posicionamientos “socio-filosófico-políticos”, respetando las diferencias, intuyo persiguen objetivos similares. Pero también es incuestionable que nos hemos perdido muchos años de estar juntos y  a veces, si se pulsan ciertas teclas, se responde con la emoción y no con la razón, sonando amargo: opino que ciertos enfrentamientos son tan manidos como insulsos y conducen a generar malestar. No pretendo obviar nada, pero con el permiso de todos y ateniéndonos a los antecedentes en nuestro blog, seguir escribiendo sobre la bondad o maldad de ciertos personajes conduce al tedio.

Un abrazo fuerte para todos y en especial para ti. Saludos para Ignacio Martos, bien Alfonso. 

PD.:

-          no olvidaros del azulejito

-          no olvidaros de nuestras reuniones

-          sigue faltando la traducción del latinajo

-          el (sic) no sé muy bien a qué viene, pero queda elegante  

José Cordero.