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Aula 2

Barquitos

Hola, compas:

Lo del boli BIC y las pelotillas de papel me han recordado otra de las típicas actividades que se desarrollaban en medio de la clase: jugar a los barquitos. Varias veces mi compañero de banca (creo que Ignacio Martos era uno de ellos, en 2º) me decía en voz baja: “¿Juegas a los barquitos?” Yo siempre respondía que no, y no era por miedo al profesor, sino porque no sabía las reglas de ese juego, y no era cuestión de que me diesen una lección magistral en medio de la clase. Yo tenía fama de niño bueno y poco follonero, y me parece que parte de esa fama se la debo a no saber jugar a los barquitos. Y hablando de barquitos, me vienen a la memoria las barcas, uno de esos dulces que vendía el del carro a través de la reja. Era el que más me gustaba, más que la palmera, y nunca he vuelto a probar uno igual. Si algún investigador de la dulcería sevillana encuentra algo parecido, agradecería la información.

Un abrazo a todos.

Grau

3 comentarios

Jose Francisco Prez Duran -

!Qué lúdico sadismo el de las bolitas¡
Me habéis hecho recordar con lo del barquito,las pajaritas de papel;no sé si era en trabjoa manuales,o fue don Francisco Ortiz el que demostró su habilidad en una ocasión.

José Cordero -

Compañeros, no se pierda la confianza; recordármelo y en la próxima reunión que tengamos intentaré compensaros: los barquitos de hojaldre rellenos de una masa bizcochada con cabello de ángel y recubiertos de costra azucarada… existen!!! Y por alusiones, Juan Antonio tendrá ración doble al haber servido de blanco en incontables ocasiones de aquellas famosas bolitas de papel (el arroz me parecía demasiado cruel; además las bolitas se podían calibrar para que no se atascase el canuto).
Un abrazo a todos.

Er Nieto -

Pues sí. Yo también era aficionado a los barquitos del vendedor de la reja, y los alternaba con las palmeras. Yo tampoco he vuelto a ver esos barquitos, cuyo relleno era oscuro a diferencia de los habituales que tenían el interior como de bizcocho.
Para mí que los rellenaban con un conglomerado de las sobras de la fabricación de otros dulces, pero a mí me encantaban.