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Aula 2

Ya se enchufa desde 4

Me permito unas aclaraciones: 

-         Amigo Paco, el balón que compramos era un Mikasa de goma –la guita no nos llegaba para nuestro añorado mikasa de cuero, todo un lujo que luego pude comprobar-; además puedes tener en cuenta que la marca boomerang la iniciaron los grandes almacenes no hace tanto. Se pensó en comprar rodilleras para todos (¿recordáis en los entrenos el ejercicio de lanzar el balón bajito, dos metros delante de nuestras narices, tener que recepcionarlo de antebrazos para el colocador y caer con las palmas de las manos al suelo sin partirnos las susodichas?) pero la cosa no progresó. Si os interesa a los voleibolistas, también tengo mi pequeña historia con ese deporte… y una lesión crónica en el pulgar derecho; ¡ya lo dice Juan Antonio!

-         La asignatura fue la Química de 5º y el examen se celebró en la famosa Aula 7, no sólo para nuestro curso. Eso facilitó y complicó las cosas. Como bien recuerda Alfonso (el profesor era Manuel Iglesias, con el que tuviste un atranque en clase porque en un problema te dijo que habías puesto una ecuación mal, que no era una N sino una M, y tú que “yo hago las M así”…) estábamos repartidos en grupos: el grupo encargado de recoger los enunciados de las preguntas que cayesen desde las ventanas del aula, el grupo que iba a resolver las preguntas y los problemas y los encargados de hacerlos llegar de nuevo al aula 7. Como se detectó que las soluciones no rulaban para “la parte derecha del aula” –según depende lo de derecha-, algunos ideamos en la capilla, ¿recordáis?, un ardid para entrar en el aula y servidor fue de los que entró a preguntarle a la profesora nosequédecuándosalíanlasnotas para pasar las preguntas. No aprobaron todos, pero al menos para algunos nos situó en la idea de transgredir; y os recuerdo que aquel curso empezaron -para nosotros- las primeras manifestaciones, las primeras asambleas, las primeras huelgas, los primeros anuncios de que se había avisado a la policía para que entrase en el centro...

-         Un abrazo al amigo Manolo Cepedello. Soy de los que opinan que los que se van permanecen vivos siempre en la memoria de los demás.  

Un saludo cordial a todos. José Cordero. 

Nb: Estoy deseando conocer a ese Pepe Cordero.

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